El Deseo de David Restaura la Esperanza Cuando Él Más la Necesita

A los 13 años de edad, David ha pasado por más penurias que las que pasan la mayoría de las personas durante todas sus vidas. Hace seis años, David se mudó con sus abuelos, un cambio que lo dejó sintiéndose solo y confundido. A través del amor y el apoyo de sus abuelos, María y Manuel, y de sus hermanos, Eduardo y Yajayra, David comenzó a adaptarse a su nueva vida. Cada vez que David tenía un día difícil, Eduardo lo consolaba y lo invitaba a jugar baloncesto.

A David le gustaba pasar tiempo con Eduardo – les encantaba hablar sobre deportes y su pasión compartida por las bicicletas lowrider. Pero todo cambió cuando ocurrió la tragedia. A David se le rompió el corazón cuando se enteró de que Eduardo había fallecido inesperadamente por complicaciones de un procedimiento médico. Poco después, el desconsolado David recibió otro golpe devastador – fue diagnosticado con un tumor cerebral.

La vida de David dio un vuelco. Además de la angustia que sentía por la pérdida de su hermano, tuvo que ir diariamente al consultorio de su doctor para enfrentarse a tratamientos agotadores y pruebas médicas. Entonces, David batalló para encontrar la fuerza para luchar.

Cuando se enteró que se le concedería un deseo, David finalmente vio un rayo de esperanza en medio de un período de profundo dolor y tristeza. Él y Eduardo siempre habían hablado sobre su meta de algún día tener una bicicleta lowrider. Él vio su deseo como la oportunidad de finalmente tener la bicicleta que siempre había querido, mientras que honraba a su hermano. David deseó una bicicleta lowrider azul con cromo y personalizada con el nombre de Eduardo.

El día de la revelación de su deseo, David estaba rodeado de su familia frente a su hogar, con una radiante sonrisa en el rostro. Cuando vio por primera vez su bicicleta lowrider recién pulida y mejorada, su rostro se iluminó de emoción. “¡Es perfecta!” Él gritó corriendo hacia la bicicleta y tocando el lugar donde el nombre de Eduardo estaba pintado en el cuadro.

“Fue una alegría completa”, dijo María. “El deseo ha traído tanta alegría a la vida de David. Ahora él tiene algo que puede disfrutar cada mañana. Puede tocarla físicamente, sostenerla y verla, y eso le trae tanta felicidad... Le conmueve que él mismo haya recibido un deseo.”

Poco después de su deseo, David pudo presumir su bicicleta en una exhibición de autos lowrider – algo que él y Eduardo habían decidido hacer juntos. “Él mostró con orgullo su bicicleta lowrider personalizada junto al auto lowrider de su hermana”, dijo María. “Él soñaba con esta oportunidad. Le trajo tanta alegría que no puede esperar a la próxima exhibición de autos para poder llevar su bicicleta.”

David continúa luchando duro contra su enfermedad. Él siente que su deseo le dio algo a lo cual aferrarse con esperanza cuando más lo necesitaba, mientras que lo ayudó a sentirse conectado con su hermano. “Él puede ver [el nombre de Eduardo en su bicicleta] y tocarlo a diario”, dijo María. “Le brinda alegría y consuelo.”