Volunteer John Villanueva at Wish Insiders Monterey standing next to a popup sign for Make-A-Wish Greater Bay Area's first wish

John Villanueva: Compasión con un toque de humor 

escrito por Kimberly Olson

Hace 20 años, John Villanueva se convirtió de tío del deseo a otorgante de deseos y todavía está compartiendo la alegría.   

A veces, cuando John Villanueva está en público, un alumno del deseo se encuentra con él y dice, “¿Te acuerdas de mí?”  

Cuando un niño del deseo ve a John, ese niño ve a alguien que hizo que su más profundo deseo se convirtiera en realidad durante un tiempo difícil y espantoso. “Toda la familia viene y me abrazan,” dice John. “Ay dios mío, es fantástico.” John lleva mucho tiempo como otorgante de deseos, pero él también sabe cómo se siente ser un miembro de esas familias.  

Hace veinte años, la sobrina de John tuvo que enfrentar su propio diagnóstico cuando tenía 12 años. “Estoy muy muy orgulloso de ser tío de Samantha,” él dice. “Cuando descubrí que ella tenía leucemia me sorprendí mucho. Yo pensé que el cáncer sólo era para la gente más grande.”  

Cuando Make-A-Wish cumplió el deseo de Samantha de ir a Disney World con su mamá, hermana, y abuelos, John pensó que era “asombroso, fantástico.” Le encanto escuchar sobre sus aventuras y ver las fotos. “Eso era todo de lo que hablaban por dos semanas enteras cuando regresaron,” él dice. “Es profundo. Dramáticamente cambió su perspectiva a una de positividad y esperanza.”  

John no se acuerda haber escuchado sobre Make-A-Wish antes de ese viaje—pero la experiencia de Samantha lo emocionó sobre la misión. “Yo dije, ¿sabes qué? Yo me tengo que involucrar con esta fundación,” se acuerda. 

El descubrió un capítulo en Watsonville que se juntaba una vez al mes en un Holiday Inn. Conoció a gente excepcional, y hasta sirvieron galletas de chispas de chocolate, que él bromea fue lo que lo cautivo.   

“Estaba repasando en mi mente toda la positividad que podía traerle a los niños,” él dice. “Nomás estaba lleno de anticipación, como un niño pequeño en una tienda de dulces, después de oír todas las historias que estaban compartiendo. No me fui de ese lugar sin derramar una lagrima.”  

Estaba repasando en mi mente toda la positividad que podía traerle a los niños,” él dice. “Nomás estaba lleno de anticipación, como un niño pequeño en una tienda de dulces, después de

John Villanueva

voluntario

John normalmente ayuda a cumplir deseos para familias que hablan español en la Costa Central. “Lo amo, número uno,” él dice. “Y número dos, entre otras familias, las familias hispanas somos muy humildes.” 

A veces, él dice, son tan humildes que se niegan a aceptar caridad. Así que, John dice, “No, no, no, queremos hacer esto por el niño—darles esta experiencia.” Después él dice que un deseo es una oportunidad para que la familia se olvide de los doctores, medicinas y tratamientos. 

“Están pasando por mucho,” él dice. “Hay cosas económicas involucradas, estrés. Así que nosotros de verdad tenemos que estar de su lado. Por ejemplo, ‘yo puedo entender lo que están pasando, vamos a hacer esto mejor.” 

Su primer meta es tranquilizar a la familia. “Esta es mi arma secreta: ser chistoso,” él dice. “Cuando yo llego a una casa, digo ‘Hola, ¿eres el niño del deseo?’ y estoy viendo al papá. Él dice, ‘No, ¿de qué estás hablando?’ Y hay un perro pequeño, ‘¿Tú eres el niño del deseo?’ Y ellos empiezan a reír. Esto rompe el hielo.” 

John ha ayudado a conceder muchos tipos de deseos—desde transformaciones de recámara hasta ir de compras. 

John ha concedido varios deseos de Disney, incluyendo uno para un niño que se llamaba Jorge. Una década después John, un agente inmobiliario, conoció a unos clientes nuevos que se veían sorprendidos de verlo. Ellos eran el tío y tía y guardianes de largo plazo de Jorge, Jose y Fabiola. Jose dijo, “Hace como 12 o 13 años, tú eras nuestro otorgante de deseos, y ahora nos estás ayudando a comprar nuestra casa.”  

“Me hace emocionarme ahora,” dice John. “Realmente, era una circunstancia especial. Ahora son mis clientes inmobiliarios y Jorge acabó la escuela y está haciendo grandes cosas con su vida. Ellos son como familia extendida para mí.” 

Pero para John ningún niño del deseo o familia del deseo es desconocido. “Ese podría ser mi hijo, podría ser mi nieto, podría ser cualquier miembro de mi familia,” él dice. “Y de hecho, así fue.” 

Cuando John conoce a una familia del deseo, él siempre comparte la historia de su sobrina de doce años y su deseo de ir a Disney World. “Ahora tiene 38 años y está prosperando,” él dice. “Ella acabó la escuela y tiene dos bebés hermosos y está involucrada en su iglesia y está haciendo cosas asombrosas. Mucho de la medicina es ser positivo, es tener esperanza, y es saber ‘¿Sabes qué? Saldré de esto’. Yo me veo a mí mismo o a mi familia en las familias como las mías.” 

John le gusta dar un esfuerzo extra, dando un abrazo, un high five, meter un poco de humor o ser un poco chistoso. Él dice, le gusta involucrar ‘un poco de Robin Williams’ a la experiencia. 

Conceder deseos levanta su propio espíritu también. “En realidad, yo saco más de ayudarlos que lo que yo doy,” él dice. “[Estos niños] han pasado por muchas cosas, están tan felices de recibir cualquier cosa que les demos. Y si podemos hacerlos a ellos la estrella del espectáculo—ver esa sonrisa, ver esas lágrimas, ver la manera que dicen, ‘Guau, yo pude ir a este lugar’ que normalmente no hubieran podido ir. ¡Eso me llena de alegría!” 

¿Eres bilingüe como John? Tenemos una necesidad urgente de voluntarios multilingües para conceder deseos.