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Aunque Lupita vive con un trastorno genético y no puede hablar, su espíritu brilla intensamente a través de su pasión por el canto y el baile.  

"Lupita es una niña muy amorosa y feliz", dice la mamá de Lupita, Yolanda. "Le encanta la música, bailar, y canta lo mejor que puede. Nunca ves a Lupita decaída."  

En 2019, Lupita se volvió inusualmente letárgica. Tenía problemas para levantarse por las mañanas, y sus maestros notaron que se quedaba dormida en clase y se acostaba con frecuencia.  

Pensando que tenía un resfriado, sus padres la llevaron al médico. Se quedaron en shock al descubrir que Lupita tenía leucemia.  

Lupita se sometió a dos años y medio de tratamiento que se extendió durante la pandemia de COVID-19. Debido a su inmunosupresión y a las órdenes de quedarse en casa, Lupita no pudo celebrar su 15 años con sus amigos y familiares. Esto fue especialmente difícil porque la quinceañera es una gran parte de la cultura de su familia.  

Cuando Yolanda se enteró de que Lupita recibiría un deseo, supo lo que llenaría de alegría el mundo de su hija: la gran quinceañera que no celebró el año anterior. "Tuve que pensar en las cosas que le gustan a Lupita", dice Yolanda.  

"Sabía que una fiesta y el baile la harían feliz."  

El equipo de Make-A-Wish Greater Bay Area trabajó estrechamente con la familia para preparar la celebración perfecta para Lupita. La decoración fue toda rosa, dorada y brillante, y la comida consistió en sus cosas favoritas: pizza, tacos y pastel de chocolate. 

"Lupita eligió todo como ella quería", dice Yolanda.  

Antes del gran día, Padis Jewelry de Jewelers for Children, le regaló a Lupita una impresionante tiara y un deslumbrante collar personalizado con su nombre en pedrería. ¡La hermana menor de Lupita, Natalia, también recibió un hermoso collar!  

Cuando finalmente llegó la mañana de la fiesta de cumpleaños, Lupita y Natalia se peinaron y maquillaron profesionalmente. También se hicieron manicuras. Luego, Lupita se puso su hermoso vestido de gala rosa y las joyas que le regalaron.

"Cuando Lupita se puso su vestido, su collar, y se vio en el espejo, estaba tan feliz", dice Yolanda. "No podía dejar de mirarse. Se veía hermosa. Se notaba que se sentía como una princesa."

Lupita fue llevada a la Parroquia de San Mateo en San Mateo para el servicio católico y una sesión de fotos y luego al Centro Recreativo Beresford, donde sus seres queridos esperaban ansiosamente su gran entrada. Algunos invitados habían viajado desde México para celebrar con Lupita después de no poder visitarla durante varios años debido a la pandemia.  

"Se podía ver la alegría de la fiesta cuando ella entró", dice Yolanda. "Se notaba mucho en su rostro, una sonrisa gigante. Fue bonito que la familia compartiera ese día con nosotros, todos los que Lupita conoce y ama y que solían ayudar a cuidarla mientras crecía." 

Lupita tuvo el mejor momento de su vida en su quinceañera, bailando toda la noche con su familia y amigos.  

"Fue inolvidable", dice Yolanda. "Mi recuerdo favorito fue ver a Lupita entrar en el salón. Tenía una cara tan feliz. El segundo fue el baile de padre e hija. Ella estaba tan emocionada."  

Tres meses después, los recuerdos de ese día feliz sirven como una fuente de consuelo para la familia, especialmente durante los tiempos difíciles causados por la enfermedad de Lupita. Las fotos también siguen trayendo alegría. El equipo médico de Lupita incluso colgó algunas en el vestíbulo del hospital.  

"Pasamos por tanto con la enfermedad de Lupita", dice Yolanda. "Y no puedo trabajar tanto como me gustaría, y mi esposo pone todo su esfuerzo en apoyarnos, así que una fiesta como esta, y que  el sueño de Lupita se hiciera realidad, es verdaderamente maravilloso."